Memorias de un colegial del Sacromonte

Se reeditan las ya más que centenarias Memorias de un colegial del Sacromonte que en 1917 compusiera José María Caparrós Lorencio (1876-1935), antiguo alumno que había sido ─últimos compases del siglo XIX─ al docto cobijo del Colegio-Seminario de Teólogos y Juristas de San Dionisio Areopagita, fundado en la floreciente Granada de los albores del XVII. Según destacaba una reseña en aquella hora de su originaria publicación, «para el lector deseoso de conocer la historia de la educación nacional, son muy instructivas porque muestran en cuadros llenos de vida un caso superviviente de antiguas instituciones docentes, y para el artista rebuscador de escenas típicas tiene verdadero interés por la singularidad de algunos asuntos pintados en riqueza de colorido por el discípulo apasionado de la institución que moldeó su espíritu en la primera juventud» , testimonio autorizadísimo, así, de su régimen pedagógico, lo mismo que el de la vida de los colegiales, tan castizo como a la par exponente de uno de esos virajes de la política educativa liberal que, con invocación de la libertad de enseñanza, apostó, siempre entre titubeos, por las mayores holguras en la coexistencia de centros de enseñanza no públicos  y en el reconocimiento de los estudios en ellos cursados.